Javier Celaya assina um interessantíssimo artigo na revista digital Dosdoce no qual reflete um pouco sobre a questão da (in) fabilidade de tantas previsões que se fazem para concluir, inteligentemente, que o mais importante não é a contabilidade dos (des)acertos mas a reflexão/discussão que podem e devem suscitar. Deixo aqui as suas previsões e o repto que nos lança:
- La prensa escrita en papel desaparecerá antes de 2020. Algunos medios de comunicación publicarán los fines de semana una versión en papel de sus contenidos para atender las necesidades específicas de una parte de sus lectores.
- Algo parecido ocurrirá en el mundo del libro, donde más del 60% de los ingresos de las editoriales, librerías, etc. derivará de la venta de contenidos digitales.
- El sector cultural aunará esfuerzos creando una potente plataforma de distribución y comercialización de todo tipo de contenidos culturales digitales en español (cine, música, libros, etc.) para competir con más recursos y contenidos frente a potentes alternativas como Google, Amazon y Apple. Esta plataforma convivirá con otras más pequeñas y especializadas.
- Facebook será irrelevante para el sector cultural en 2020. No estamos diciendo que las redes sociales vayan a desaparecer, todo lo contrario; tan sólo señalamos que Facebook tendrá escasa influencia en el mercado de contenidos culturales.
- El móvil se convertirá en la herramienta de pago para todas nuestras compras culturales (entradas de teatro, cine, exposiciones, libros, etc), ya sea en puntos de venta físicos como virtuales.
- Las tecnologías de recomendación se convertirán en los principales prescriptores de contenidos culturales. Esto no quiere decir que los libreros, críticos literarios o de cine desaparezcan, sino que tendrán que aportar otro valor añadido a sus clientes. Las tecnologías sociales facilitarán recomendaciones personalizadas no sólo analizando nuestros hábitos de compra, tal y como hace hoy en día Amazon, sino estudiando en profundidad nuestros comportamientos de consumo cultural (qué hemos leído, qué hemos subrayado, si dejamos siempre de ver a la mitad un determinado tipo de series, películas o libros, o si siempre escuchamos la misma canción). Estos datos del comportamiento real del consumidor de contenidos culturales, que en el mundo analógico eran imposibles de obtener, así como su estado anímico (ver siguiente tendencia), se convertirán en el principal activo y ventaja competitiva de las empresas que gestionen los contenidos culturales en la Red.
- Incorporación de las tecnologías sensoriales al mundo de la cultura. Nuestros teléfonos móviles, tabletas, coches y ordenadores tendrán incorporado en su memoria un sensor que detectará nuestro estado anímico y nuestra reacción de consumo cultural en cado uno de ellos. Dependiendo de si estamos tristes, alegres o cansados tras una larga jornada laboral, el sistema de recomendación de nuestra plataforma de comercialización de contenidos culturales nos sugerirá ver un tipo de película, escuchar una canción o leer un determinado relato.
- La piratería de contenidos culturales en la Red será residual en 2020. No por la eficacia de leyes tipo Sinde (próximamente publicaremos otro artículo sobre este tema), sino por la evolución de la propia tecnología. Esto no significa que no aboguemos por la existencia de un marco jurídico que defienda la propiedad intelectual y los derechos de autor; tan sólo que la propia tecnología que ha creado el problema de la piratería será quien aporte la solución al mismo.
- Debido a la escasa oferta de contenidos culturales en español en la Red, este idioma puede dejar de ser uno de los cinco principales utilizados en la Web con graves repercusiones en la economía nacional, ya sea analógica o digital. Los contenidos digitales alcanzarán en 2020 la inconcebible cifra de 35 billones de gigabytes a medida que todos los lenguajes - voz, TV, radio, texto - completen su migración del formato analógico al digital. En este contexto de sobreproducción debemos incrementar nuestra productividad de publicación de contenidos en la Red. Tan sólo el 5% de los internautas de habla hispana crea contenidos originales en la Red, un ratio muy bajo si lo comparamos con los altos índices de creación y participación social en el mundo anglosajón, que superan el 25%.
- Los datos personales se convertirán en la moneda de cambio de la economía digital. La mayoría de los modelos de negocio en la Red (buscadores, redes sociales, plataformas de distribución de contenidos digitales, los mencionados sistemas de recomendación, etc.) se nutren de datos personales para afinar sus productos y servicios. Los usuarios tendrán que decidir el nivel de privacidad que están dispuestos a ceder a estas empresas para recibir sus servicios online. Como vemos una vez más, no hay nada gratis en la Web: el precio que pagan los usuarios por acceder a esos supuestos servicios gratuitos es muy alto.
- Las bibliotecas se convertirán en puertos seguros. Interpretamos el concepto de "puerto seguro" como un lugar donde nuestros datos personales relacionados con el consumo de contenidos culturales no serán utilizados para fines comerciales ni como pretexto para acceder de forma gratuita a determinados contenidos culturales. Las bibliotecas, como entidades culturales sin ánimo de lucro y con un amplio reconocimiento social, deberían garantizar que los intereses públicos de la futura sociedad digital estén por encima de los intereses económicos de las empresas, por muy legítimos que sean.
- En 2020 Dosdoce.com cumplirá su decimosexto aniversario :)
Espero no confundirme en la última de las previsiones... pero soy consciente de que no acertaré en al menos 4 ó 5 de ellas. No obstante, tal y como señalaba al principio de este artículo, lo importante no es el número de aciertos sino la reflexión que conlleva hacer una relación de posibles previsiones con criterio propio
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